Cómo combatir la angustia de las vacaciones
Si bien para muchos el período vacacional es un momento para desconectarse de la rutina y del estrés, para otros es tiempo de angustia, depresión y distrés. Cómo controlar la fobia al ocio
El período de descanso es vital, es tan necesario como respirar, para reponer energías gastadas, replantear el presente y el futuro. Si no sabemos detenernos a tiempo, y utilizar este espacio, el propio cuerpo será el encargado de poner el límite, a través de dolencias físicas o hasta podemos contraer enfermedades por no aprender a disfrutar de los momentos de ocio.
Las vacaciones son el momento ideal para encontrarse con uno mismo, con sus afectos, es el día sin tiempo, donde el vínculo humano - humano, que se crea en este período, suele ser diferente al resto del año, nos relacionamos de otra forma con el mundo, “oxigenamos” nuestros tejidos, serenamos nuestra mente, reducimos nuestra adrenalina y neuromodulamos mejor nuestras emociones.
Para algunas personas el cambio brusco que significa pasar del trabajo intenso a la inactividad le provoca alto nivel de expectativa y en algunas un miedo irracional, que le genera una angustia que no puede controlar, sana y exitosamente, con un especial rechazo, y en otros evitación, este último denominado fobia, en este particular caso fobia al ocio, entendido como “aversión a la cesación del trabajo o inacción”, especialmente en personas trabajolicas.
Estas personas suelen tener un sistema de creencias vinculado a un pensamiento cotidiano de que quien descansa es “haragán, vago, dejado, indolente, cómodo” y detrás de estas creencias suele anidar la desvalorización, que sugiere esta representación mental negativa de los términos descanso, vacaciones, ocio.
Quiero proponer la redefinición positiva del ocio entendiéndolo como un “momento de diversión, ocupación reposada, ingenio, libertad, creatividad y reflexión serena”, en este marco el ocio es fuente de vida y es necesario para aprender a gozar de ella.
El trabajo dignifica al hombre, pero la ausencia de ingenio, reposo o la falta de creatividad, como así también la ausencia de momentos libres, deshumaniza y merma nuestra condición de persona y, sin darnos cuenta, por preocuparnos excesivamente por el trabajo no nos damos la oportunidad de desarrollar el ocio que puede ser altamente creativo. Esto puede deberse en muchos casos al miedo a cambiar, a aceptar nuevas formas de pensar, a aprender e incorporar nuevas estrategias.
Así como está comprobado que el juego les permite a los niños descubrir el mundo, relacionarse, asumir nuevos roles, expresar emociones y sentimientos y desarrollar su creatividad. El juego saludable y la recreación aumentan la creatividad a los adultos, pero es importante para esto que nos animemos a quitar de nuestra mente ciertos prejuicios y saquemos diariamente el niño que llevamos dentro, haciendo de lo lúdico una experiencia de vida sana.
En síntesis, el período de vacaciones, es el tiempo de ocio por excelencia donde activamos nuestro ingenio y generamos nuevas ideas. Es una de las mejores maneras de sentirnos vivos y confrontar la vida. El poder del cambio, de la transformación, del crecimiento personal esta en nuestras propias manos, en darnos tiempo, permiso de tener ocio creativo que nos permita, replantear nuestros pensamientos, evaluar si nuestras emociones mente y mentalidad son sanas, clarificar nuestra integridad social y laboral, serenando nuestro espíritu en concordancia con altas valoraciones humanas.
Fuente: Infobae.com
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